La asistencia del parto normal con episiorrafia y/o perineorrafia es un tema importante que afecta a muchas mujeres en Colombia. Este procedimiento, también conocido como episiotomía, se realiza en el momento del parto para prevenir posibles desgarros en el perineo y facilitar la salida del bebé. Sin embargo, su uso excesivo ha generado controversia en los últimos años. En este artículo, abordaremos en qué consiste la episiorrafia y/o perineorrafia, cuándo se recomienda su uso, y cuáles son los riesgos y alternativas disponibles. También hablaremos sobre la importancia de una adecuada asesoría y acompañamiento médico para la toma de decisiones durante el parto.
La episiorrafia y la perineorrafia son técnicas quirúrgicas que se realizan durante el parto vaginal para hacer una incisión en el perineo, el tejido que se encuentra entre la vagina y el ano, con el fin de ampliar el canal de parto y facilitar la salida del bebé. La episiorrafia se refiere específicamente a la incisión en el tejido muscular y la perineorrafia se refiere a la reparación de esta incisión después del nacimiento. Este procedimiento se puede realizar de forma rutinaria o como una medida de emergencia en caso de que el perineo esté en riesgo de desgarro o si el bebé presenta sufrimiento fetal.
La episiorrafia y/o perineorrafia se recomiendan principalmente en casos en los que el perineo está en riesgo de desgarro, lo que puede suceder si el bebé se encuentra en una posición anormal, si es necesario un parto instrumentalizado (con fórceps o ventosas) o en caso de un parto prolongado o con una gran presión sobre el perineo. En estos casos, la episiorrafia puede prevenir desgarros más extensos y reducir el riesgo de incontinencia urinaria o fecal en la madre. También se recomienda su uso en caso de sufrimiento fetal, ya que puede acelerar el nacimiento del bebé y reducir el riesgo de complicaciones.
Aunque la episiorrafia y/o perineorrafia se consideran procedimientos seguros, no están exentos de riesgos. Al ser una incisión quirúrgica, puede haber riesgos de infección y sangrado. Además, la cicatrización puede ser un proceso doloroso y prolongado, y en algunos casos puede resultar en una cicatriz anormal o problemas sexuales posteriores. Además, su uso rutinario ha sido cuestionado por algunos profesionales médicos y organizaciones de salud debido a que puede causar más daño que beneficios. Como tal, es importante discutir los riesgos y beneficios con el equipo médico y tomar una decisión informada antes de someterse a una episiorrafia y/o perineorrafia.
En los últimos años, se han propuesto alternativas a la episiorrafia y/o perineorrafia, como la técnica de «proteger el perineo», en la que el médico utiliza técnicas manuales durante el parto para minimizar el riesgo de desgarro en lugar de recurrir a la incisión quirúrgica. También se ha demostrado que la posición de parto de pie o de rodillas puede reducir la necesidad de una episiorrafia y/o perineorrafia. Además, se han desarrollado técnicas de masaje perineal en el embarazo que pueden ayudar a preparar y fortalecer el perineo para el parto y reducir la necesidad de una episiorrafia y/o perineorrafia.
Ante la decisión de someterse o no a una episiorrafia y/o perineorrafia, es importante recordar que cada mujer y cada parto son diferentes y cada caso debe ser evaluado individualmente. Por lo tanto, es esencial contar con una adecuada asesoría y acompañamiento médico durante el embarazo y el parto. Esto incluye discutir los riesgos y beneficios de una episiorrafia y/o perineorrafia, así como explorar alternativas y realizar un plan de parto que respete la autonomía y decisiones de la madre.
La episiorrafia y/o perineorrafia son técnicas quirúrgicas comunes en el parto vaginal, pero su uso rutinario ha generado controversia en los últimos años. Si bien pueden ser necesarias en ciertos casos para prevenir desgarros y complicaciones, también presentan riesgos y pueden ser evitadas a través de técnicas alternativas y una adecuada asesoría y acompañamiento médico. Es importante que las mujeres estén informadas y tengan autonomía sobre su cuerpo y su parto, y que puedan tomar decisiones informadas en colaboración con su equipo médico.